En la cosmología de la mitología vikinga, el mundo es representado como un círculo de tierra, rodeado por el océano. En las profundidades de este océano, yace la Serpiente del Mundo, y en el centro de la tierra hay un magnífico árbol, el Fresno del Mundo, Yggdrasil, cuyas raíces descienden hasta los infiernos, y por encima del cual borbotea un torrente, fuente de la sabiduría oculta. Una ardilla recorre el tronco de arriba a abajo, transmitiendo mensajes entre el águila de la copa y la serpiente que roe las raíces. Un ciervo se alimenta de sus ramas, y de sus cuernos surgen ríos. También hay una cabra, que no da leche, sino aguamiel. Es símbolo de la unviersalidad, pues representa el centro de los nueve mundos.
La serpiente de las raíces puede representar la energía creativa, extraída de la Tierra, mientras que el águila de las ramas superiores representan a los mensajeros divinos.
Probablemente Yggdrasil significa Caballo de Ygg, uno de los nombres de Odín, quien, según el mito, se autoinmoló, colgándose del árbol, para obtener poder sobre las runas, que concedían conocimiento a quien sabía interpretarlas.